Mª Ester Calatayud, Emma Sanchís, Alexandra Aneiros y Paula Escoms

lunes, 9 de mayo de 2016

La acción socioeducativa en la juventud

5 y 6 de Mayo del 2016

Ser joven es un concepto que está variando actualmente, ya que es un término relativo debido a que no se sabe donde empieza y dónde acaba la juventud. Es por ello que hay dos maneras de entenderlo:
  • -        Como una etapa de la vida
  • -        Como una etapa de transición hacia la edad adulta.

Como resultado se crearon dos políticas de juventud en función de las etapas. La primera son las políticas afirmativas, en las que se trabaja con los jóvenes desde sus puntos de vista, fomentando que sean por ejemplo emprendedores... Sin embargo, la segunda es la política de transición, la cual ayuda a los jóvenes a transitar  hacia la edad adulta de la mejor manera posible.

Dentro de estas políticas la intervención o forma de trabajo variaba, y solía realizarse mediante el uso de algunos recursos como el carné joven, la formación, la ayuda a la emancipación (como en Suecia, que dan ayudas mensuales a los ciudadanos a partir de los 18 años para que no tengan ningún tipo de problema la hora de emanciparse),... Como resultado, se llegó a la conclusión de que las políticas de juventud tendrían que ir centradas en la participación, para hacer a los/as jóvenes agentes de decisión y la ciudadanía, para ello, habría que realizar unas líneas de acción socioeducativas como la promoción de formas activas de participación, la ayuda a la emancipación, ayuda a los movimientos juveniles...

Haciendo un breve debate del texto "Construyendo La Ciudadanía Infantil" de J.Benedicto podemos decir que:

Para la gente en general somos jóvenes y no ciudadanos/as, lo que genera que no se nos tome enserio a la hora de querer participar en los distintos hechos que la sociedad nos atañe, porque la sociedad solo empieza a confiar y creer en los ciudadanos a partir de una cierta edad, dejando de lado todos los meritos ajenos a este hecho (formación, experiencia,…).

Por otra parte, hay veces que nos encontramos con el problema de que son los mismos jóvenes los que no quieren participar con las instituciones, no contribuyen y por eso también son criticados. Pero este hecho no sólo ocurre con los jóvenes, sino también con las personas adultas, que muchas veces no participan porque no les interesa lo que hay (ej. no les gusta lo que hay en los partidos políticos y por ello no votan). Pero no sólo eso, si no que en muchas ocasiones no participan más debido a que les han hecho ver que la forma de colaborar es solo con el voto, sin necesidad de introducirse dentro de un colectivo de cambio o realizando otras acciones. 

Hay que fomentar la creación de un punto medio para la mediación entre los sistemas políticos y las nuevas generaciones, que son las que suelen tener discrepancias sobre los sistemas actuales. También se tendría que enseñar a los jóvenes sobre la ciudadanía en las escuelas, y a partir de ahí, seguir formándose ellos/as mismos con acciones de participación. La materia que se llevaría a cabo en el ámbito escolar sería la Educación formal (asignatura de ética, civismo,…), mientras que fuera de este entorno se necesita aplicar la Educación informal (creando espacios para que los jóvenes participen y puedan crear tomando decisiones). Los pasos que se llevarían a cabo en la educación informal son:

§  1° Crear oportunidades para que puedan ir haciendo nuevos espacios de autonomía.
§  2° Crear ámbitos de implicación juvenil.
§  3° "Política de presencia".


Como cita final del artículo nos gustaría matizar que aprender a participar es difícil, pero nuestra tarea como trabajadores/as sociales es trabajar con la participación de todas las personas, ya que todos/as tienen el mismo derecho, y es que la participación solo se aprende participando.